Aeropuerto Nicelli
L’aeroporto Giovanni Nicelli del Lido di Venezia ha una storia affascinante, legata non solo a quella della città lagunare, ma dell’aviazione italiana in generale.
El primer vuelo a Venecia es de 1911 y el protagonista es el campeón automovilístico Alessandro Umberto Cagno, que sobrevoló por algunos minutos la Basílica de San Marcos. En 1915, en cambio, un escuadrón francés se levantó en vuelo desde la plaza de armas del Forte San Nicolò al Lido, reconvertido en campo de aviación improvisado para la defensa de la ciudad. Poco tiempo después, Gabriele D’Annunzio también usa esta área como campo de vuelo, comandando desde aquí el Primer Escuadrón Naval Torpedos Aéreos.
Al final de la Primera Guerra Mundial, estaba claro que este campo, único en su género y rodeado por un fuerte del siglo XVI, estaba en una posición adecuada para albergar un verdadero aeropuerto.
El proyecto es del ingeniero Renato Morandi que, en 1926, abre el aeropuerto a la aviación civil: el Nicelli se convierte así en la primera escala comercial italiana y la más importante de Italia para todos los años treinta, solo superada por el Aeropuerto del Littorio de Roma. Ese año la Transadriatica (más tarde Ala Littoria y, después de la Segunda Guerra Mundial, Alitalia) hizo despegar desde aquí su Junkers 13, que voló a Viena.
La estación de pasajeros fue inaugurada en 1935, considerada entonces la más moderna de Italia, y decorada con obras del artista futurista Tato con pinturas dedicadas a la aviación. El arquitecto designado es Mario Emmer, que diseña todos los detalles, hasta el mostrador del bar y la decoración del restaurante, convirtiéndolo en una verdadera obra de arte de los años treinta.
Con la caída de Mussolini, el campo es ocupado por los alemanes, que confiscan y destruyen muchos equipos, pero el aeropuerto y su pista se salvan del acto valiente de algunos empleados que logran desactivar las cargas explosivas colocadas antes de la retirada. Utilizado por ingleses y americanos como centro de comunicación militar hasta 1946, el Nicelli sigue siendo una escala para los vuelos regulares hasta los años sesenta, pero con la apertura del de Tessera sus funciones se reducen a la aviación general, con espacio para una escuela de paracaidismo.
En 1998 se inició una restauración imponente, concluida en 2007, que mantuvo un estilo que recuerda los años treinta y ha conservado los espacios y las terrazas en su forma original, también gracias a la realización de réplicas de las obras (hoy perdidas) de Tato.
Actualmente está en marcha un proyecto de desarrollo ulterior para hacer del aeropuerto de Nicelli una escala dedicada a la aviación privada, y en 2014 fue incluido por la BBC entre los diez aeropuertos más bellos del mundo: un motivo más para dedicar una visita a este lugar lleno de memoria durante una visita al Lido de Venecia.
